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Muchas Fechas para un solo evento

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Grandes predicadores cayeron en errores diferentes a los que cayó Matín Lutero pero igual de anti bíblicos, esto sucedió William Miller quien fue uno de los primeros en predicar sobre el retorno literal del Mesías después de un largo periodo de oscurantismo. El predijo que el Mesías vendría en 1844 después de analizar el libro de Daniel en el capitulo 8 versículo 14. “Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y luego el santuario será purificado”... esta purificación al modo de ver de Miller representaba la purificación de la tierra con fuego en el segundo advenimiento de Jesús a la tierra.

De manera que se dio a la tarea de investigar en la Biblia cuando comenzaron esos 2,300 días o “años proféticos”. La conclusión a la que Miller llegó es que ese periodo de tiempo comenzó en el año 457 antes de Cristo cuando el Rey Artajerjes dio la orden para restaurar Jerusalén y culminarían en la primavera de 1844. Algunos años antes que llegara esa fecha tuvieron lugar varios eventos que según Miller eran las confirmaciones que el tiempo del fin estaba cerca.

La iglesia metodista de la cual pertenecía Miller fueron luego llamados "adventistas" de la cual provienen los actuales "adventistas del séptimo día" porque precisamente fueron ellos quienes comenzaron a proclamar el inminente retorno de Jesús. Ellos creían que algunos fenómenos naturales ocurridos en fechas cercanas al 1844 se relacionaban directamente con las profecías descritas en el libros de mateo 24 y el libro del apocalipsis. Miller creyó que la lluvia de meteoritos que ocurrió en 13 de Noviembre de 1833 era el mismo evento descrito en el libro del Apocalipsis capitulo 6. También concluyó que un terremoto que desbastó Portugal, [generalmente llamado terremoto de Lisboa] fue parte de las señales del retorno de Jesús.

Este terremoto tuvo lugar el 1 de noviembre de 1755 y que fue uno de los terremotos más destructivos y mortales de la historia, causando la muerte de entre 60.000 y 100.000 personas. El sismo fue seguido por un maremoto y un incendio, causando la destrucción casi total de Lisboa. Los geólogos estiman hoy que la magnitud del terremoto de Lisboa sería de un 9 en la escala de Richter, con su epicentro en el océano Atlántico a unos 200 km al oeste-sudoeste del Cabo de San Vicente.

Según Miller este era el terremoto que describe el libro del apocalipsis....12 Y miré cuando él abrió el sexto sello, y he aquí fue hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna se puso toda como sangre; 13 Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento”. Apocalipsis 6:12-13

Al acercarse la fecha de 1844 todo parecía corroborar la predicción de Miller, y esto aumentaba la fe de miles de cristianos que se preparaban al encuentro con el Mesías, incluso en los periódicos de aquella época se hacia mención del retorno de Jesús. En Mayo 19 de 1780 el sol se oscureció en la costa este de los Estados Unidos, las personas llenas de asombro y temor estaban convencidas que el tiempo del fin se acercaba. En la mañana del 19 de Mayo las personas vieron como las nubes cubrieron todo el horizonte, la oscuridad fue como si la noche se hubiese adelantado por horas. Las aves buscaron refugio y algunos animales nocturnos comenzaron a salir de sus madrigueras; fue tal el espanto entre los cristianos que incluso algunos pastores convocaron asambleas de oración porque según ellos este "fenómeno inexplicable" anunciaba el fin del mundo.

Nosotros que vivimos en el siglo 21 tenemos los medios tecnológicos como que nos permiten conocer que los acontecimientos que Miller consideró, eran las señales del advenimiento de Jesús, dichos fenómenos naturales ocurren todos los años en algún lugar del mundo. Por ejemplo, algunos terremotos ocurridos en los últimos 100 años han sido igual o más devastadores que el terremoto de Lisboa que se cree fue de 9 grados en la escala de Richter. Los científicos también han clasificado las lluvias de meteoritos y han trazado sus trayectorias de modo que podemos observar las principales lluvias de meteoritos en diferentes épocas del año tales como: las cuadrántidas que pueden observarse en enero, las Líridas en abril, las Perseidas durante agosto, las Oriónidas que aparecen en octubre, se pueden ver también las leónidas en noviembre, y finalmente en diciembre aparecen las Gemínidas.

Los eclipses solares son también fenómenos que ocurren todos los años; se dice que ocurren 2, 4 y hasta 5 eclipses totales de sol en el mundo cada año. Para observar uno de estos fenómenos celestes en alguna región en particular deben transcurrir 200 a 300 años; de manera que las aparentes señales del fin del mundo para los hombres de hace 200 años, ahora los consideramos simplemente como fenómenos naturales.

Otros predicadores en la era moderna predijeron el retorno de Jesús y del fin del mundo en numerosas fechas. Cada uno de ellos estuvo convencido que Jesús regresaría en su tiempo; y no esta mal en cierta manera, el problema radica en establecer fechas que luego de cumplirse y de no suceder lo que esperaban, provoca en los creyentes tal decepción que muchos dejan de creer en Jesús. Esperar no debe Avergonzarnos. Pablo decía que nuestra esperanza en el retorno de Jesús es una esperanza bienaventurada de la cual no debemos avergonzarnos 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” Tito 2: 12-14

Todos los antiguos murieron con la esperanza de alcanzar la promesa de vida eterna, y de contemplar la venida del Mesías en gloria, ellos dice el libro de los Hebreos que murieron esperando algo mejor.... “ 13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; 15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.” Hebreos 11:13-16

De modo que creer que Jesús regresará en algún momento de nuestras vidas no debe avergonzarnos, por el contrario, debe llenarnos de gozo pues esto nos ayudara a soportar cualquier tribulación. El inconveniente en este anhelo es establecer una fecha para su regreso, porque esto ha causado gran desengaño en aquellos que ponen sus esperanzas en un evento, y no, en el Señor de los eventos.

Para quienes creen que Jesús vendrá en una fecha en particular se llevarán una tremendo fiasco puesto que Jesús dijo que nadie lo sabe, solo el Padre; esto debería bastar para no seguir estableciendo fechas. Pero la necedad del hombre es tan grande que desean ser los primeros en “predecir” este acontecimiento a sabiendas que Dios ha denegado conocer la fecha del retorno del Mesías. Algunos estudiantes de la biblia como los Testigos de Jehová, se han equivocado en muchas ocasiones; sin embargo, continúan creyendo que Jesús vendrá en tal o cual fecha. Otros como los "adventistas del séptimo día" hicieron lo mismo y siempre resulto en fiasco; algunos fanáticos religiosos como Jim Jones hicieron que sus seguidores se suicidaran porque según ellos el fin del mundo estaba a las puertas.

Millones de cristianos fijan sus esperanzas en la interpretación del predicador sin examinar por si mismos las profecías; muchas de estas profecías tendrán su cumplimiento en algún momento, no necesariamente en nuestras vidas, puede que el regreso del Mesías tarde aun mas, pero eso no debe importarnos porque el tiempo "adicional" que Dios ha otorgado a los seres humanos es para salvar a millones de personas “non natas” que necesitan conocer de Jesús.

Las profecías que declararon la primera venida del Mesías y sus padecimientos estuvieron al alcance de todos los Israelitas; ellos conocían las escrituras desde su infancia, de modo que no ignoraban las profecías de Isaías que decían que el Mesías vendría a padecer. Pero tampoco existía una escritura que dijera explícitamente que estas profecías se referían a Jesús: " 7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8 De la cárcel y del juicio fue quitado; y su generación ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes; por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9 Y dipúsose con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; porque nunca hizo él maldad, ni hubo engaño en su boca. 10 Con todo eso Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole á padecimiento. Cuando hubiere puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada " Isaías 53:7-10

Para nosotros resulta evidente que Isaías describió los sufrimientos de Jesús al pie de la letra, pero los discípulos no lo vieron de esa forma. Ellos durante tres años y medio "disfrutaron" de la presencia de Jesús, contemplaron el poder y la sabiduría sobrenatural que emanaba de el; no prestaron mucha atención cuando les dijo que el “hijo del hombre tenia que morir a manos de pecadores”, creyeron que su ministerio duraría por muchos años; sin embargo, cuando llegó el momento de su captura y posterior asesinato se quedaron impávidos, no pensaron posible que el hombre que detuvo la tempestad y echara fuera demonios terminara de esa forma.

Las profecías que describen eventos específicos como el caso de los padecimientos del Mesías descritos por Isaías se encuentran ocultas entre el resto de las escrituras, incluso una sola frase en medio de un salmo o entre una palabra dirigida a Israel puede cumplirse en nosotros en algún momento; de modo que no se pueden distinguir a simple vista. Es como si buscáramos un camaleón en medio de la selva, únicamente el ojo experto puede distinguir a estos pequeños animales que usando la capacidad de Mimetizarse se esconden tras una hoja o rama; de igual manera las profecías están ocultas en medio de palabras de consuelo, de juicio o en medio de eventos reales ocurridos en el pasado.

Las profecías nos ayudan a reconocer los tiempos, los personajes y los eventos que ocurrirán en el futuro, pero en ninguna manera nos proporcionan las fechas de los mismos. La curiosidad de querer conocer lo por venir a llevado a muchos siervos de Dios a caer el pecado de la adivinación, puesto que predicen que algo sucederá en cierto momento cuando la escritura lo prohíbe.

Juan el Bautista supo en que momento debería comenzar su ministerio; sin embargo, la unción que obraba en este hombre lo guió a esperar el momento propicio para informar acerca del que habría de venir después de el. Juan esperó al igual que Jesús, 30 años para comenzar su ministerio, ellos sabían desde su infancia quienes eran, llegaron a su juventud y adultez sabiendo lo que debían hacer, pero ninguno actuó impulsivamente o buscando el reconocimiento de ningún hombre, sino que aguardaron la voz de Dios para comenzar y terminar lo que les encomendó.

Instrumentos como Pablo también fueron usados por Dios para traer a los creyentes del primer siglo algunas revelaciones que con el paso de los años se fueron desfigurando y que en la actualidad son irreconocibles, dichas revelaciones eran adelantos de lo que Dios traerá en el tiempo del fin. El escribió muchas cosas sobre el retorno de Jesús que eran difíciles de entender aún para los mismos apóstoles “Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén". (2 Pedro 5:15-18)

En la actualidad muchos maestros se consideran más espirituales que Pedro y creen que pueden tomar las palabras de Pablo como se les antoje y enseñan doctrinas que el mismo apóstol Pablo combatió aduciendo que fué Pablo quien las ensenó. Pablo evidentemente no lo sabía todo y tampoco pretendió saberlo todo, porque el supo que la sabiduría humana jamás podrá descubrir lo secreto de Dios, por esa razón dijo: "porque en parte conocemos y en parte profetizamos". El ejemplo más evidente de esta afirmación es que tanto en el antiguo testamento como en el nuevo se habla de una sola resurrección. Jesús predico sobre "la" resurrección de los muertos y Pablo escribió de "la" resurrección de los muertos; sin embargo, en el libro del apocalipsis es la primera y única vez que se menciona que habría dos resurrecciones.

De modo que Pablo no supo jamás que se trataban de "Dos resurrecciones" ya el libro del apocalipsis fue escrito en el año 95 de nuestra era, para esa fecha Pablo ya había fallecido, y le fue imposible conocer lo que se escribió en el, de manera que este "pequeño" detalle cambia el panorama sobre quienes, cuando y cuantos resucitaran en la primera y segunda resurrección de los muertos (si desea saber mas sobre “la Resurrección de los muertos” lea este estudio).

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